El conflicto subyace latente a cualquier forma de interacción
social y, en este sentido, resulta difícil entender el comportamiento de las personas sin considerar alguna suerte de conflicto (Rahim, 1986). En cualquier escenario social las habilidades de manejo de conflictos adquieren una notable relevancia ya que son determinantes para el correcto mantenimiento de las relaciones humanas, no sólo en la esfera personal (Gottman, 1993) sino también en la profesional (Tjosvold, 1997). De hecho, la gestión de conflictos es una de las funciones más importantes desempeñadas por los gerentes en las organizaciones (Euwema, Kop, y Bakker, 2004), siendo una de las inversiones cruciales para alcanzar la viabilidad a largo plazo y lograr el éxito de cualquier empresa.
Published by C. Montes, G. Serrano and D. Rodríguez